viernes, 1 de junio de 2007

A veces, equivocarse es bueno

En el blog de un vecino apareció una beia beia historia sobre cómo la casualidad hizo que el tipo gozara de un rato de buena música así, sin comerla ni beberla, como maná caído del cielo (no, no ése, precisamente, más bien habría sido una indigestión).

Esas cosas que te suceden así, de sopetón, son la gratificante compensación frente a tanto dislate serendipitesco que el ¿destino? nos depara habitualmente.

Mi historieta no posee la coolidad internacional de la del bony, pero es altamente probable que haya sido una de las mejores experiencias musicales que me haya tocado y me toque presenciar.

La cosa es que mediados de los '80, tipo '85 u '86, una señorita y yo salimos un sábado en teoría para ir a ver a Horacio Fontova en un sucucho de Palermo entonces-no-Hollywood. El Negro me cayó simpático casi siempre, excepto sus arranques de grosería y eventual homofobia, pero ése no es el tema aquí. Resumiendo, el tipo estaba enfermo y cuando llegamos sobre la hora al lugar, había cartelito informativo ad hoc, por lo cual la señorita y yo salimos a los pedos en mi auto, yo relojeando el diario tratando de no matarme, cuando súbitamente vi o me pareció ver que Litto Nebbia tocaba en Sham's, un boliche elegantón de la época, en Federico Lacroze a un par de cuadras de Cabildo, en Belgrano. Llegamos a los pedos, tiré el auto por ahí, y la primera sorpresa fue cuando saqué las entradas: valían más o menos el doble de lo que salía en la época un recital cualquiera. No estaba para huevadas, peor era ir a ver una de suspenso al cine. Saqué. Cuando pasé a la antesala (que creo era al aire libre), un stand de Diners Club con dos terribles perras repartiendo folletitos me hizo enarcar las cejas aun más. "Litto se está pasando de pelotudo", pensé yo.

Pero ya la cosa se puso muy extraña cuando entré a la pequeña sala y sobre el escenario, en lugar de un arsenal de teclados y equipos para guitarra y la consabida batería, se encontraban espartanamente distribuidos, como quien no quiere la cosa, un estupendo piano de cola, dos o tres atriles con partituras y una silla solitaria a la izquierda. "A la mierda, esto viene amplágued", me dije, haciendo pensamiento de anticipación porque en esa época, minga de MTV.


Para hacerla corta, cuando apagaron las luces y salieron a escena el mismísimo Astor Piazzolla y su Quinteto, yo casi me desmayo... Evidentemente, y graciadió, me había equivocado y ahí estaba, con unos cuantos pesos menos en el bolsillo pero con un espectáculo que me dejó en estado extático de principio a fin por la precisión, el sentimiento, la fuerza y la melodicidad de estos monos, que, como todas las formaciones de Piazzolla, era un dream team: Malvicino, Suárez Paz, Ziegler, Console y el propio Astor me conmovieron hasta las lágrimas, ahí a un par de metros de mi mesa con un cafecito que se quedó helado sin tocar, tan maravillado que estaba.

Lo de las lágrimas no es figurado: ésa fue una de las dos únicas veces que lloré escuchando música. Fue durante una canción que está en la banda de sonido de El exilio de Gardel de Pino Solanas (estrenada poco antes), es una especie de adagio muy triste que en la peli tiene una coreografía filmada casi en penumbras en el Palacio San Miguel, si mal no recuerdo. Cuando Astor terminó de tocar, totalmente inclinado sobre el fueye, yo estaba tan impresionado que ni siquiera pude aplaudir... tenía la vista nublada por las lágrimas clavada en un punto de fuga inmediatamente detrás de su figura, y así me quedé hasta que se extinguieron los aplausos y el tipo arrancó con la siguiente.

Nunca me puse tan contento por haberme equivocado.

17 comentarios:

bonito lunch dijo...

buenisima la historia.en esa epoca iba seguido a ver a fontova, tambien he ido a sham`s (ni me acuerdo a quien) pero a astor no estuve ni cerca lamentablemte ,de verlo en vivoy vamos hombre su historia tambien tiene coolidad (me gustó el termino)
un saludo

Almirante Margarito dijo...

Puta, qué cagada. Aquella vez, allá por los ochenta, en que fui a ver a Fontova, el negro gozaba de perfecta salud.

Anónimo dijo...

Corrian los 80 y una banda de gente andabamos por las calles de San Isidro sin saber qué hacer, alguien dijo vamos a Sham´s? y no sé si fue sorpresa fue una locura Pat Metheny y su banda estaban tocando, casi enloquecemos de la emocion, lo mas loco fue que todos entramos y fue increíble, esas cosas que tienen las casualidades.

Roedor dijo...

estimado lunchero: Sham's era más jazzero que otra cosa, pero después tocaba cualquiera (hasta Sandra Mihanovich grabó un disco ahí, y la coolidad ya la había perdido).

Almirante: yo a Fontova lo vi varias veces, y últimamente estaba enfermo pero de la cabeza. Una lástima, porque ocasionalmente, al igual que un reloj descompuesto, da la hora exacta.

filo querida: ése debe haber sido el único recital de Pat en suelo porteño que no vi, debe haber sido una jam improvisada. Yo estuve en cada puto recital del PM Group, y una vez con otra banda (cuando sacó Secret Story), pero no en ése.

¿Ven que no se puede estar en todos lados a la vez?

Por eso algunas experiencias que creemos intrascendentes en el momento, con el tiempo dejan huella.

bonito lunch dijo...

voy a postear alguna memorabilia de pat asi recordamos y se nos cae un lagrimon

Anónimo dijo...

Para mí gana San Antonio tranqui 4 a 2.Tiene mas banco y llegan con menos partidos. Y la f:i también es superior.

El hermano comentarista de Manu

Roedor dijo...

Mmmm... mr. o ms. anónimo/a: este comment debería haber ido en el de abajo, el de Naza. Pero igualmente creo que San Antonio va a ganar.

Leandro G. sabe bastante más de básquet que yo, pero comentando en la tele es una desgracia, pobre... Igualmente, en este país hay que conformarse y ponerse contento porque con nuestros dineros públicos van a mandar a un par de nabos allá a transmitir la final.

Nunca mejor gastada la guita. Y no estoy siendo irónico.

Anónimo dijo...

Má que San Antonio...San Lorenzo, man!
Oh When the Saints Go Marching In!

Roedor dijo...

Un tipo que conozco del cual nunca supe a ciencia cierta de qué vive, o, mejor dicho, tiene partes importantes de su vida que desconozco, siempre dice: "Yo a los muertos los cuento fríos".

Le sugiero lo mismo, Ms. Ravensoul.

Aguante la serpentina por ahora.

Anónimo dijo...

I know, I know pero déjeme vislumbrar un futuro feliz. Guardo la serpentina pero no me pinche el globo.

Anónimo dijo...

Cuál es el adagio del que hablás? Te digo porque tengo la banda sonora (me encanta tanto como me encanta Piazzolla) y me gustaría saber exactamente con qué tema llorasteS.

Luigi dijo...

Ayer ganó boquita... está contento?

La condesa sangrienta dijo...

Está triste porque perdió LeBron...

Roedor dijo...

Muy bueno lo de la "S". Muy sutil. Honestamente no sé el nombre, lo voy a buscar en casa porque yo tenía el vinilo y en el original estaba creo que en el lado "2", o en el lugar donde NO estaban las bazofias escritas por Pino Solanas y Castiñeira de Dios, esas canciones impresentables... Después te digo.

Luigi, estoy contento por Boquita y por los San Antonio Spurs, que ahora que eliminaron a los Suns, son mi preferido en la final. Ayer en mi casa me mandaron al rincón a mirar el comienzo del partido de básquet a una tele diminuta de 14 pulgadas hasta que termine el otro partido, el "importante".

Roedor dijo...

enterhase: me parece que es una de las tanguedias, no sé si la 1 ó la 3. En cuanto encuentre el CD en mi casa, lo escucho y le digo, che.

Mari Pops dijo...

si no es tanguedia puede ser Mumuki, pero no estoy 100% del todo seguro

Roedor dijo...

A esta altura ya no me importa saber cuál es, y está bien así, lo importante es lo que me generó. La reconocería al instante si la escuchara nuevamente. Tengo la banda de sonido perdida por ahí, bajada del eMule.