viernes, 31 de diciembre de 2010

Eufemismos eran los de antes...



Ya se ha ido el tiempo de justificar el precio de un cubierto en día festivo con un menú impreso en una tipografía ilegible, preferentemente con italics, e incluyendo varios adjetivos en las opciones, del tipo "suave lecho de legumbres frescas" o "sedosa crema de arándanos licuados al escabeche".

No.

Ahora la cosa es: si sos un grandulón, el precio que te cobro por pasar la noche junto a vos y los tuyos (y no en cueros en casa clavándome un totín con hielo) es un violeta. Si sos chiquito, un gris. Y lo que hay para comer es lo que hay para comer, fijate ahí en el menú, fiera.

Qué joder, carajo.

¿Agua con gas o sin gas?

Que tengan (tengamos) todos un feliz año.

martes, 28 de diciembre de 2010

Ain't it sweet?



De izquierda a derecha:

Papá
Mamá
Nene
Nena
Pajarito

Díganme: ¿a quién le interesa?

viernes, 24 de diciembre de 2010

Extremos coincidentes




Seal y Heidi Klum, como se sabe, son hasta ahora marido y mujer.

Este single es del último CD del inglés, se llama "Secret", es una canción un poco tontuela de tipo enamorado, que es lo que parece verse en el clip donde aparecen ambos, pero está OK. El CD es recomendable, se llama "Seal 6: Commitment". Compromiso. Parece tener serias intenciones este muchacho. Por lo pronto ya tuvieron no menos de 3 hijos, que seguramente deben lucir muy interesantes teniendo en cuenta tanto contraste pigmentario.

Enjoy, y esperemos que en estas fiestas estemos todos mimosos/as como estos dos.

lunes, 20 de diciembre de 2010

Friendly Fire la leyenda continúa...



Publicidad aparecida en la revista Rolling Stone, edición argentina, diciembre de 2010.

No me jodan...

(post dedicado a mí y a otros viejitos decrépitos y pasados de moda, como algunos de los que figuran en la lista de ahí a la derecha).

sábado, 18 de diciembre de 2010

Un redactor ahí... (para que me devuelva la guita)

Esto me pasa por viajar poco en taxi. Perdón por la obviedad.

jueves, 16 de diciembre de 2010

That old white magic




Con sólo 1,85m de estatura y casi 82 kilos de peso, el rubio ese de la foto, Steve Kerr, en ese momento el 25 de los Chicago Bulls, se las arregló para hacer historia en el básquet de la NBA y del mundo.

Esa foto marca el momento exacto en que contra todos los pronósticos, en el partido 6 al mejor de 7 y definitorio, Steve Kerr y no Michael Jordan, su compañero y la estrella del equipo, y además el mejor jugador de básquet de todos los tiempos, definió el partido contra los Utah Jazz en las finales de 1997.

En el video de abajo se ven varias cosas simpáticas, para quien no entiende los parlamentos: Kerr dice que Michael Jordan, candidato natural a tomar cualquier tiro del final, decidió no hacerlo porque en el partido anterior de la serie le robaron la pelota y terminaron perdiéndolo... Entonces, lo que se ve en el minuto pedido por Chicago es que Jordan le dice a Kerr que "esté listo", y Kerr le responde "voy a estar listo". Y caramba si lo estaba.

En la jugada subsiguiente, luego de sacarse magistralmente de encima no a uno sino a dos marcadores, y con escasos segundos en el reloj para que termine el partido, Jordan queda frente al cesto, en pleno salto y a escasa distancia, perfecto para convertir: 99 de cada 100 jugadores, y más si se llaman Michael Jordan, habrían tomado ese tiro. Él no, y por eso es quien es. Sorprevisamente le baja la pelota a Kerr, quien muy tranquilo parado en la línea de tiros libres, mete el tiro y gana el partido. Y la serie. Y el campeonato.

La chicana del final, tomada durante el festejo oficial del campeonato por parte de los Bulls, consiste en Kerr gastándolo a Jordan porque en el minuto pedido le atribuye haberle dicho a su entrenador Phil Jackson (otro que ganó todo, inclusive hasta el día de hoy) que "no se siente confortable" tomando el último tiro. Luego del comentario de dudosa veracidad y la carcajada general, Kerr termina diciendo que en ese momento pensó: "Uf, otra vez voy a tener que sacar a Michael de un problema..." Más carcajadas.





Time out. Paso en el tiempo.




Unos años más tarde, 2003 para ser precisos, y siempre con el 25 en la camiseta, Steve Kerr, quien durante muchos años tuvo el honor de ser el tirador de triples con más efectividad en la historia de la NBA, tenía algunos cartuchos en el bolso, esta vez jugando para los San Antonio Spurs.

En las finales de conferencia contra los Dallas Mavericks, también en el 6to. partido, los Spurs, donde ya jugaba Manu Ginóbili, la estaban pasando muy mal sobre el final del 3er. cuarto. Kerr ya era un veterano, tenía unos 37 años y en toda la serie no había jugado 1 (un) partido. Ni uno. Luego de convertir un triple sobre el final del 3er. cuarto que mantuvo a buena distancia a su equipo, entró faltando unos 2 minutos para el final del partido y convirtió no uno sino tres triples seguidos, dando un golpe fatal en el marcador y en el ánimo a sus rivales: los Spurs pasaron de perder por pocos puntos a ganar por casi una decena. Con esa remontada, que los Spurs consiguieron mantener gracias a su famosa y crudísima defensa, el equipo ganó la serie y en la final de liga pasó por encima de los New Jersey Nets, consagrándose campeón de la NBA.

En el video se ve la secuencia, si miran el reloj que está en el ángulo inferior derecho verán que la seguidilla se produjo casi en jugadas sucesivas y con el tipo tirando la pelota apenas le llegaba a las manos.

Disculpen a los chinos que aúllan, pero es el mejor y más compacto compilado que encontré.



Salvando los años luz que me separan de Kerr, yo también soy un tirador cuando juego al básquet, y siempre admiré a gente como Kerr o a Reggie Miller, otro histórico a quien tuve el privilegio de ver jugar en vivo a pocos metros de mi asiento hace unos años durante un viaje a USA.

Todo esto surgió porque hace poco, tirando al cesto con uno de mis hijos en el club, le dije "cuando tirás no tenés que pensar, y casi seguro que el tiro entra", y le causó mucha gracia. Kerr, Miller (ambos retirados a esta altura) y unos pocos privilegiados más se ausentan por unas décimas de segundo del universo y simplemente lanzan la pelota que irá, como hacen los arqueros zen con sus flechas, exactamente al lugar donde ellos quieren que vaya, que en este caso es dentro del cesto.

Es lo más parecido a la perfección que he visto dentro del deporte. Más que un tiro libre de Román, mirá lo que te digo...

domingo, 12 de diciembre de 2010

Obscene



La foto de arriba fue tomada en mi barrio, hace un par de días, por mí.

El auto de la foto es un modelo muy nuevo de una conocida marca alemana, dos puertas, un roadster con todas las letras.

Como se aprecia, estaba estacionado en un día laborable en horario diurno de trabajo, en una de las dársenas de carga, diseñadas para camiones, de una fábrica de productos alimenticios del barrio de Núñez.

A la gente esa le va muy bien: sus productos están en todos lados, y los camiones entran y salen todos los días, inclusive en horas nocturnas, tienen una actividad febril, y parecen cumplir con todas las normas que hay que cumplir: todos sabemos que este tipo de negocios "ensucian" un barrio, crean peligro de contaminaciones varias, pero por lo que se ve, llevan adelante todo con una pulcritud ejemplar. Sus productos, los he probado, tienen una calidad más que razonable.

Todo muy lindo.

Salvo por el hecho de que el propietario de ese automóvil, posiblemente uno de los dueños de esa fábrica, desentone con tanta coherencia y corrección, y esté meando fuera del tarro, pero mal.

Aclaremos: no me "opongo" a que quien tenga éxito en la vida o en los negocios, o inclusive alguien a quien el dinero le llovió de arriba y nunca pensó ni piense en laburar, se lo gaste como quiera en lo que quiera. No puedo tener esos pruritos ridículos a esta altura de mi vida, ¿no?

Lo que me parece una cachetada en la jeta es ese show off flagrante de desigualdad, de refregarle a los operarios de ese lugar, que quizás no ganen tan mal, que eso que ven ahí es la suma de los salarios de 2 ó 3 vidas como las suyas. Me cago en el riesgo del capital, la plusvalía, o inclusive en la descarada desigualdad en el reparto de la torta. No soy economista y tampoco político.

Ojalá que al dueño de ese automóvil no le pase nunca nada malo que motive que su pulcra esposa (si es que la tiene) salga ante las cámaras a pedir "justicia". El mundo está tan conectado hoy que a ningún hijo de puta o persona necesitada en estado de desesperación (a veces esos conceptos van juntos, lamentablemente) le cuesta nada averiguar un par de cosas, hacer un par de seguimientos, un par de llamados y ya, operativo armado.

Las leyes de la física todavía funcionan: en este planeta, si acercás demasiado la mano al fuego, lo más probable es que te quemes.

viernes, 10 de diciembre de 2010

A tono con los tiempos

Canción típicamente navideña, clásico de todos los tiempos, ambas cosas del lado de allá arriba, detalle que está más que claro ya con el título solamente.

Posiblemente mi cantante femenina favorita, después de la otra canadiense, y unos cuantos cuerpos por delante de otra canadiense.

Enjoy.