martes, 25 de mayo de 2010

Le 25 mai

No entiendo este fervor. No lo entiendo.

No es por escucharlo desafinar al Chaqueño Palavecino en la 9 de Julio, no.

Nunca usé escarapela. Perdón. Una vez sí, nos confabulamos con algunos compañeros del colegio secundario y compramos cocardas de unos 10cm de diámetro ahí cerca, por Av. de Mayo, y nos enfrentamos a los celadores (nunca preceptores). Nos dijeron que nos las metiéramos en el bolsillo (je), y entramos igual.

¿Quiénes son los que están preocupados por esta fiesta celebratoria de la argentinidad, ese rescate de la memoria de un grupo de burgueses y comerciantes acomodados que hace dos siglos querían sacarle una buena tajada económica a un gobierno español tambaleante?

Me hace acordar a los que festejaban en la calle cuando no salió la 125, contentos porque un puñado de terratenientes iban a ser un poco más millonarios.

Me cago en el Colón y en el imbécil de Macri, me cago en los medios que se cagaron en los millones (sí, millones) de personas que fueron a esas celebraciones. Me cago en las rencillas estilo puterío de gobierno nacional vs. gobierno de la ciudad vs. gobierno de las provincias.

Sí, ok, estoy cada día más cínico, nada ni nadie me conforma, soy un pitufo gruñón que tiene una capacidad de análisis sociopolítico con la profundidad de la pileta de bebés del club donde voy, todo eso soy o hago.

Necesito una dosis de Thelonious Monk. Ahora.

No me jodan, ¿OK?

Caraduras

Puede que Taylor Hawkins tenga algunos problemas, pero el ego parece que nunca fue ni será uno de ellos.

Primera muestra (para el finado que descansa en paz):



Segunda muestra (hay que tener agallas para cantar eso con esos dos monstruos al lado):



Finalmente, una con el inefable Jack Black, también con los Foo Fighters, la banda del único miembro talentoso de Nirvana (je).

El feriado largo me dio fiaca. Y no daba para ir a ver a la Sole a la 9 de Julio anoche...

Enjoy.


martes, 18 de mayo de 2010

El de arriba ataca de nuevo

Hace mucho puse aquí el clip original de "Dear God" de XTC, que estaba bueno, pero algunos espíritus sensibles se sintieron tocados. Hasta me acusaron, con algo de razón, de que mi visión sobre la religión era más bien lamentable. No la de XTC, que para mí, como dije en ese momento, sólo expresaron una opinión en una canción pop de algo más de 3 minutos.

Anyway, buscando otra cosa el otro día encontré una versión de esa canción, en vivo, por Tricky que, como casi todo lo que hace e hizo Tricky, me llena de intrigas y de sensaciones que no termino de comprender. Creo que la música del tipo toca en mí (y en unos cuantos más) algunas cuerdas que posiblemente no estemos en condiciones de discernir o distinguir bien de qué se trata.

La versión original de esta canción tiene un toque como urgente, casi ingenuo, de hecho hay un niño que canta una parte, y en la de Tricky una cantante ligeramente desafinada también entona con un aire un tanto naïf que contrasta drásticamente con el clima ominoso y oscuro de la interpretación.

Pero lo que me pone de la cabeza es el riff de fondo que toca el sintetizador, que se repite de manera obstinada durante absolutamente toda la canción, y el crescendo final donde toda la banda va subiendo la intensidad de manera casi imperceptible, repitiendo una nota-una nota-tres notas, hasta un punto donde parece que el piso del lugar se va a partir y se va a tragar a todos los que estaban allí, incluyendo al propio Tricky, quien quizás no se iba a hacer mucho problema a juzgar por el caño XL que se estaba clavando.

Posiblemente haya una explicación musical (que desconozco) que dé pistas de porqué la música de Tricky tiene ese efecto. Inclusive los Massive Attack, donde Tricky estuvo hasta que empezó a ser más o menos conocido, aun hoy suenan así: "Heligoland", su última obra, también tiene por momentos ese clima. O sea, el tipo está hasta en los lugares donde no está, no sé si me explico.

Hay algo siniestro, hay algo que te atrae, hay algo que quizás no quieras saber qué es, pero querés más.

Siempre querés más.

Enjoy.

lunes, 10 de mayo de 2010

Dos dosis de divina decadencia californiana

Primero la alumna, de su reciente CD "Nobody's Daughter" (bajo el nombre del grupo Hole), una canción con título autoexplicativo y autorreferencial, "Skinny Little Bitch". Este tipo de sonido ya lo hacía Billy Corgan hace más de 10 años (de hecho el dolape metió la nariz en la producción), pero bueh, a mí me gusta.



Luego, la maestra, quien en el speech inicial cuenta cómo compuso esta canción, un clásico del grupo que integraba entonces. Para quien no entiende inglés, la minursa cuenta cómo un asistente la llevó al estudio de grabación de la leyenda Sly Stone, todo lleno de terciopelo negro. Ella, por esas cosas del destino, llevaba consigo un Fender Rhodes (una reliquia arriba de un auto, pero bueno, en la California de fines de los '70's cualquiera hacía CUALQUIER cosa con un poco de polvo blanco en la nariz), y cómo escribió esa maravillosa canción. OK, el baterista de esta versión es muy bueno, pero JAMÁS tocará como el original.

Enjoy (mientras se me ocurre otra cosa en estos muy disfrutables días otoñales).