jueves, 27 de septiembre de 2007

Vergüenza ajena I

Hoy empiezo esta serie, de la que no prometo continuidad inmediata sino líricogenital (como corresponde).

Hace unos años yo laburaba en el departamento de Marketing de una conocidísima empresa productora de un conocidísimo producto de consumo masivo. Fácil, ¿eh?. Esta marca esponsoreaba recitales en los mid-90's, y no sólo eso: esponsoreaba a tipos, a artistas, uno de ellos Fito Páez. En esa época pre-Mundial de fulbito de USA (corría 1993), esta marca quería salir con la típica publicidad comercial televisiva tribunera emotiva, de esa que los boludos cantan hasta en el bondi. Una conocida marca de cerveza adoptó la costumbre inmediatamente después, luego de robarle uno de sus ejecutivos de marketing. Y así nos va, pero ése es otro asunto.

La realidad es que en ese momento todo el mundo esperaba que Fito compusiera el himno, que era el working title de la mencionada cancioncita. Yo no estaba directamente involucrado pero en esas épocas locas todos nos metíamos en todo, uno de ellos un típico expat nacido en país bananero sudamericano no limítrofe pero ciudadano de un sofisticado país europeo por gracia de su ascendencia paterna. El tipo, patizambo, petisito y cuerpo moldeado por el gimnasio, era por fuera la vera imagen del exitoso ejecutivo de compañía transnacional, especialmente en el rubro de no haber leído un puto libro en su vida, ni escuchado música decente, etc., cosas que habitualmente vienen en esa presentación de producto. Su caja torácica y bíceps eran prominentes, salvo por el detalle de que para lucir proporcionado tendría que haber medido mínimo 20 cm más. O sea, no sólo era ridículo, sino que lo parecía. Vino acá por 5 años, viviendo a todo culo en casa alquilada ad hoc en elegante suburbio del norte del GBA. En resumen, se creía un verdadero Master of the Universe, como diría Tom Wolfe.



El asunto es que Fito había presentado un demo, medio a regañadientes, de una canción inédita en ese momento, que nadie conocía y que luego iría al disco, casi idéntica al demo, como Mariposa Tecnicolor. Era una versión un poco más cruda que la del disco, me acuerdo que el Negro Colombres metía palazos por todos lados (un monstruo) y no contenía el puentecito que dice "Todos yiran y yiran, todos bajo el sol..., etc. etc.". A mí me gustaba la canción (todavía me gusta) y todos estábamos fascinados por el clima festivo, pese a que la melodía tenía alguna complejidad respecto al standard boludón de los jingles y los cambios de tempo y clima eran algo abruptos.

Como era de esperar, todo el mundo estaba dispuesto a mandarla al comercial como protagonista casi absoluta, así como estaba.

Menos el energúmeno este, por supuesto.

El tipo, cuyo modelo de música sofisticada eran los boleros de Luis Miguel, quiso hablar con Páez en persona, para "sugerirle" algunos cambios y que la canción tuviera más gancho. Por supuesto, Páez no quiso saber nada y lo atendió (como una excepción hacia el cliente que había puesto tarasca y de la grossa), alguien cercano a él, su manager de entonces o uno de sus asistentes, no recuerdo bien.

Resultado: el pitufo este cantándole por el fono para que "mejore" la parte que decía "llevo la voz cantante, llevo la luz del tren" y otras por el estilo, con una melodía que bajara o cambiándole un par de palabras. El resto de nosotros contemplábamos azorados el ultraje, no porque Páez nos pareciera intocable sino porque el sordo inútil este se le pusiera a aconsejarle cómo componer canciones pop a una estrella.

Por esta razón o por otras (Fito todavía tenía restos de reluctant star), no sólo que el proyecto quedó trunco sino que Páez de a poco se fue desvinculando de la relación con la empresa, por ejemplo, no presentándose a cantar un par de canciones en la reunión de ese fin de año de la empresa (mandó un video con saludito, todo peinadito con gel y sentado al pianito).

Siempre tomé ese momento como el ejemplo del desubique total, el no saber absolutamente cuáles pueden ser las consecuencias de actos que uno cree que son correctos, embebido en soberbia o lo que sea, y que son básicamente un desastre. Yo he hecho papelones, y seguramente los haré en el futuro, pero como ése, dificulto.

sábado, 22 de septiembre de 2007

Para el que está arriba



En algunos lugares del vecindario algunos se pusieron un tanto irritables acerca de ciertas creencias.

Para embarrarla un poco más, va videoclip de (qué raro) una de las mejores bandas de la historia pop.

XTC - Dear God - incluido en "Skylarking" (1986), a la sazón uno de los mejores discos de la historia pop también.

La letra, especial para ganar amigos, dice más o menos lo siguiente (traducida por mí)

Querido Dios

Querido Dios, espero hayas recibido la carta, y...
Rezo por que puedas mejorar algo aquí abajo
No me refiero a una buena reducción del precio de la cerveza
Pero toda la gente que hiciste a tu imagen
Míralos muriendo de hambre en la calle
Porque no tienen suficente para comer de Dios


No puedo creer en vos

Querido Dios, perdona que te moleste pero...
Siento que debo ser escuchado fuerte y claro
Todos necesitamos una gran reducción en la cantidad de lágrimas
Y toda la gente que hiciste a tu imagen
Míralos peleando en la calle
Porque no pueden hacer concordar sus opiniones sobre Dios

No puedo creer en vos

¿Vos hiciste la enfermedad y azules los diamantes?
¿Vos hiciste a la humanidad a semejanza de como nosotros te hicimos a vos?
¡Y el diablo también!

Querido Dios, no sé si te diste cuenta, pero...
Tu nombre está en un montón de citas en este libro
Y nosotros los locos humanos lo escribimos, deberías darle una mirada
Y toda la gente que hiciste a tu imagen
Todavía cree que esa basura es verdad
Yo sé que no lo es, y vos también

Querido Dios
No puedo creer
No creo
No voy a creer ni en el paraíso o el infierno
Ni en santos, ni en pecadores, ni tampoco en el diablo
Ni en puertas perladas, ni en la corona de espinas,

Nos estás decepcionando a los humanos,
Las guerras que traés, los chicos que ahogás
Los que se pierden en el mar y nunca son encontrados
Y es lo mismo en todo el mundo
El dolor que veo ayuda a componer

el padre, hijo y espíritu santo
Es sólo el profano engaño de alguien
Y si estás ahí arriba vas a percibir
Que mi corazón está aquí a la vista
Si hay una cosa en la que no creo

Es en vos
Querido Dios

miércoles, 19 de septiembre de 2007

El filósofo se fue de vacaciones, por eso...

… opino yo.

Una de mis frases pelotudas favoritas (tengo unas cuantas), es: “Nada es blanco y negro, tenés toda una gama de grises y además lo que se ve en la tapa de Dark Side of the Moon”.


Los opuestos que se complementan, el equilibrio, todo cháchara, como decía don Vicente Leonides..

E’cir, la realidad nos indica que los absolutos, el te-amo o el te-odio, corto-mano-corto-fierro sólo existen en la mayor parte de las maravillosas sagas hollywoodenses, donde los personajes suelen ser bastante unidireccionales, previsibles, etc.

Ese etcetera incluye, en mi opinión, la llamada coherencia, rigor, como quieras llamarlo, pibe o piba.

El peor canalla puede tener actitudes honorables. La mujer más santa puede ser ocasionalmente una arpía inigualable (de esto también puedo contar más de una historia…).

A veces estamos cómodos en los casilleros, acá va esto, allá va lo otro. La ambigüedad nos mata, pero esto es otro matiz: lo que debe ser, la ética petisita que manejamos diariamente, la de entrecasa; no sé, llamemos a la Dra. Carrió para que también nos hable de La Moral, todo eso, sólo existe en los libros. A ver, evitemos los malos entendidos (que en realidad no son tales, pero ésa es otra historia): no estoy propiciando el viva la pepa generalizado. De hecho, lo propicie o no, va a ocurrir si tiene que ocurrir.

A lo que apunto es que cada vez más me siento con menos derecho a apuntar con el dedito acusador a nadie por presuntas agachadas, no porque me parezcan “mal” (algunas de hecho me parecen pésimas), sino porque el primero que tendría que ligarse el citado buchoneo es ese que está ahí, frente al espejo, mirándome, y que se parece bastante a mí en los momentos más honorables de mi condición humana, y parece otro, Mr. Hyde, el retrato encanutado en el altillo del pillo de Dorian, en las peores circunstancias.

Los dos son yo, puedo subirte al cielo o hacerte conocer el infierno, puedo ser un gentleman británico de pura cepa o uno de los lameculos de Tinelli, y cada puta gradación que se te ocurra en la escala que quieras, pero… soy yo al fin.


¿A vos no te pasa lo mismo? ¿Y a ese o esa que se vislumbra por ahí detrás? Preguntale también…

sábado, 15 de septiembre de 2007

Encore une fois...

Ok, la Detu me apuró porque le dejé pendiente un asunto.

Como soy un hombre de honor, cumplo.

Ahí vamos, a ver cómo sale:

"Cuando saque todos estos clavos de esta cosa voy a construir un estante que va a durar mil años!", dijo Bull, cada hueso temblándole con excitación infantil. "Hey, Sal, ¿te das cuenta de que los estantes que fabrican en estos días se quiebran bajo el peso de pavadas a los seis meses, o en general se rompen? Lo mismo con las casas, lo mismo con la ropa. Estos bastardos inventaron plásticos con los que pueden hacer casas que duren por siempre. Y neumáticos. Los estadounidenses se están matando a sí mismos de a millones todos los años con neumáticos de goma defectuosos que se calientan en el camino y revientan. Podrían fabricar neumáticos que no revienten nunca. Lo mismo con la pasta dental. Hay un tipo de chicle que inventaron y no se lo muestran a nadie, que si lo mascas desde chico nunca vas a tener caries por el resto de tus días. Lo mismo con la ropa. Pueden hacer ropa que dure para siempre. Prefieren hacer ropas baratas para que todo el mundo siga trabajando y marcando tarjeta y organizándose entre ellos en sindicatos sombríos y tropezándose por ahí mientras que el afano a lo grande sigue en Washington y en Moscú". Levantó su pedazo grande madera podrida. "¿Te parece que con esto puedo hacer un estante espléndido?"

En tiempos de efemérides, el extracto anterior es el segundo párrafo de la página 149 del libro que estoy (re) leyendo en estos días, On the Road, por Jack Kerouac (1922-1969), tomado de una muy buena edición hecha ad hoc en 1993 por el Quality Paperback Book Club, que también contiene la sequel, The Dharma Bums, y The Subterraneans, todo en un solo librito. Qué tul.

En estos días se cumplió medio siglo de la edición original de On the Road por Viking Penguin en 1957, y la traducción fue hecha por mí, así que sabrán disculpar las inexactitudes. Siempre es bueno volver al viejo Jack.

Pasamos la bola, entonces, a Luigi, Juan Hundred y Milkus.


viernes, 7 de septiembre de 2007

Old Fashioned MC


Señoooooras y señooooores…

La voz suena estentórea, bien modulada, una pizca más fuerte de lo que un alma adormecida toleraría, el tipo frente a la pantalla manotea rápido el control remoto no sea cosa que se despierten los niños, la vecina lo putee a la mañana siguiente, whatever.

El animador está ahí, bajo las luces del estudio, luciendo un impecable traje oscuro de marca fashion con precio equivalente al salario mensual de no menos de cinco productores, si lo tuviera que pagar, cosa que no hace. Una urraca le hace coros vulgares de vez en cuando.

Señoooooras y señooooores…

Al estilo de los viejos maestros de ceremonia de los circos o espectáculos de varieté, el tipo alto sigue a los gritos, insiste con el latiguillo, ocasionalmente se olvida de las señoooooras (todo un síntoma) y sigue adelante, mientras miles de misóginos aprecian el display de carne de exportación de primera calidad que según la ocasión se sube a un par de patines, se frota contra un caño de metal o a uno de carne de partenaires con los mismos gustos sexuales que ellas, etc.

Señoooooras y señooooores…


No es fácil. A esa altura de la noche hay que recurrir a esas argucias: después de un día de trabajo (si el espectador no está entre el infortunado millón y pico que no lo tiene), no es fácil mantener la atención, aun si la cuarentona venezolana demuestra con datos irrefutables que está mejor que tu sobrinita adolescente.

Señoooooras y señooooores…

Abotagado, cabeceando entre los sopores del alcohol de dudosa calidad de la cena, el tipo frente a la tele en la habitación conyugal soporta los esporádicos codazos de la patrona que con justa razón no tolera tanta arenga a esa hora. Sin embargo, la doña en el fondo se alegra porque el cetáceo que duerme a su lado, al menos esa noche, no se le va a montar encima en medio de la oscuridad luego de correrle de manera descortés el camisón o el pyjama, y ahí, luego de cinco o seis empujones, un par de estertores, hace su descarga y listo, de vuelta a dormir. Sábado por medio, sí. Pero no en día de semana, no, no.

Señoooooras y señooooores…

La mayor parte del país se duerme como el tipo frente a la pantalla, mira y escucha al siniestro muñequito de torta bien vestido que te asesta impiadosamente su impostado entusiasmo. Muchos de ellos piensan que el señor ese que está al lado del conductor, ese que está disfrazado de mujer, tiene muy buenas tetas y le darían con gusto.

Y después se asombran de que las cosas estén como estén.

martes, 4 de septiembre de 2007

Con qué poco se logran tantas cosas...

El truco funciona las más de las veces. Con rigor típicamente argentino y roedoriano, algo más de la mitad, con estadísticas tomadas al azar en el último mes calendario. Digamos 5 ó 6 de cada diez.

El procedimiento es del siguiente modo:

1. Conductor de auto (que vengo a ser yo) se apresta a virar hacia derecha o izquierda.
2. Peatón de género femenino (condición necesaria y excluyente) en la misma dirección pero (usualmente) en sentido contrario, se apresta a cruzar esa calle.
3. Contacto visual mutuo.
4. Actitud expectante de sujeto peatón(a).
5. Acá viene el quid del asunto: conductor, en lugar del típico gesto apremiante con la manito izquierda abierta sugiriendo que apure el paso, mueva las cachas o equivalente, simplemente inclina hacia un lado ligeramente la cabeza y le lanza lo que los ingleses llaman nod, o gesto de asentimiento.
6. La fémina, desacostumbrada a tanta cortesía callejera, en la proporción citada al comienzo devuelve una espléndida sonrisa franca y un pasito apurado, sí, pero con la satisfacción de que alguien notó su presencia, la consideró, la "mimó", tomó conciencia de su lugar en las coordenadas porteñas.
7. Conductor sigue afablemente su trayecto, y no aprovecha para invitarla a unos copetines, porque para conseguir minas tiene otros métodos.
8. Peatona discurre por la geografía urbana, pensando que quizás esta semana utilice otros métodos para escarnecer a mis congéneres.