viernes, 28 de diciembre de 2007

Digresiones sobre el piropo

El post de acá abajo me hizo acordar de algo que había prometido y nunca hice.

Lo hago ahora.

Hace mucho cité una canción de Jaime Roos relacionada con la nieve. Al poco tiempo nevó en Buenos Aires. Espero que mentando esta historia aparezcan por arte de magia los churros y las bolas de fraile en mi barrio.

Otra frase rescatable en la canción citada reza, (y es posible que no haya sido escrita por el mismo Roos, mucho mejor músico que letrista):

Lo más lejos que hay…
…es el fondo del mar

Lo más cerca que hay…
Es…
… la panadería




Roos titubea cuando canta las tres últimas palabras, efecto que intento reproducir torpemente con dos jueguitos de puntos suspensivos.

Pero cuando escuché esa parte de la canción no pude menos que soltar la carcajada.

Explicando el chiste: en una típica calle urbana rioplatense, el tipo medio apoyado en la pared tratando de piropear a la fémina que pasa, quiere presumir de profundo y el romántico… mira alrededor buscando inspiración, y cita lo que encuentra más a mano.

Cómo se puede ser poeta, ser gracioso, ser conciso, ser efectivo, ser básicamente genial, sólo con un puñado de palabras puestas en música, y con un fraseo y entonación determinada.

La famosa economía de recursos, que le dicen. Los Beatles ganaron justificadamente fortunas con estas cosas. Roos tiene un poco menos de dinero que ellos (aunque bastante influencia) pero igualmente la sabe.

Alguna vez alguien va a tomar en serio a la música rioplatense de raíz no tanguera, pese a los andreses ciros, los pelados corderas y otros mediocres que andan por ahí.

Deep Shit

Ni el asesinato de Bhutto. Ni la crisis de los rehenes en la selva colombiana. Ni la valija de Antonini Wilson. Ni el fantasma de la inflación. Ni el incremento obsceno del impuesto ABL en la Ciudad Autónoma de Buenos Aires.

La realidad es que en la mayor parte de las panaderías de los barrios de Belgrano y Núñez (o sea, el 95% del universo que vale la pena), hay desabastecimiento de los productos que provee una empresa cuyo nombre evoca a algunos cuerpos celestes oriundos de una provincia española.
Dicen que "se tomaron vacaciones". Yo no les creo. Acá hay una mano negra.

Estoy en serios problemas.

Décadas gambeteando la terapia y mirá vos qué motivo me encuentro a mi edad...

miércoles, 26 de diciembre de 2007

Things I miss (but I don't actually miss)

- Los patinando, cantando y bailando
- Las tiras “inteligentes” de la TV como en su momento fue Montecristo y la que dan ahora, hoy mismo, o mañana
- Los celulares que también pueden hacerte un peceto a la mostaza
- Los celulares que sirven para otra cosa que no sea hablar por fono, en resumen
- iPods, iPhones y otros gadgets existentes y por venir
- Las pelis remodernas del cine argentino que te duermen a los 15 minutos
- Los tanques hollywoodenses (o sea, a este no le viene bien una)
- Las extravagancias que dan en el Malba (se verifica lo anterior)
- El Malba
- Los libros de no ficción que venden de a decenas de miles
- Los restaurantes de Palermo Hollywood que requieren que uno dé vueltas con el auto por media hora antes de arrojarlo en una esquina mal estacionado
- Las mujeres hípertetonas, naturales o siliconadas
- Capusotto y todo ese humor trucho reciclado que comenzó con el insoportable gordo Casero
- Los Simpson (esta ya la dije hace un tiempo)
- “Lost”, “Prison break” y toda esa sarta de series pelotudas con “intriga”
- Los happy hour en los shoppings y en los bares seudo irlandeses


Me consta que se puede vivir con un par de discos de los Beatles, Steely Dan y un par más, una cancha de parquet donde jugar al básquet, una piel tierna que acariciar y que acaricie, y por ahí, si me apuran, un bourbon Wild Turkey con uno’ manise’.

No mucho más.

Una que no sabemos todos (pero deberíamos)

Con perdón de Julito, a quien no le gustan estas cosas facilongasl.. es fin de año, che.

Pero estoy seguro de que esta me la perdona.

Enjoy.

miércoles, 19 de diciembre de 2007

La diferencia entre tomar y beber

- A mí me gusta extrañarte, dijo Él.

Ella lo miró de reojo, enarcando la ceja derecha. Le quedaba tan bien. Él se mordió el labio inferior conteniendo un impulso adicional de deseo.

En ese momento de alivio post-agitación donde no hay cigarrillo por mutua elección saludable pero que es reemplazado por igualmente adictivas caricias, Él sintió que tenía que explicar lo inexplicable.

Se puso a recordar su infancia, cuando su madre, hija sufrida de inmigrantes, siempre le citaba las palabras de su abuelo (que en realidad era más argentino que el churrasco vuelta y vuelta): “De lo bueno, poco”. Esa frase siempre le había sonado como conformista, como que la zambullida en pleno goce era un placer vedado, sólo admitido en vaya a saber a qué élite social, económica o lo que fuere.

Ahora, a la distancia, no sólo la entendió sino que la hizo suya.

In other words, el sentido común (que a veces tiene sentido, lo cual no es común) indica que la mejor manera de disfrutar de, por ejemplo, unas ricas cerezas sumergidas en hielo no es precisamente deglutir un par de kilos en menos de media hora.

Él pensó lo mismo sobre Ella, pero evitó mencionarle que la estaba comparando con una vulgar fruta, por deliciosa que esta fuese.

- A mí me gusta ocasionalmente desearte a la distancia, empezó su explicación Él. Saber, ser perfectamente conciente de que a diferencia de lo que hago en este preciso instante, no tengo mis manos alrededor de tus pechos redonditos. Juntar fuerzas y ganas para eso. Eso.

Eso.

Ella le tapó la boca con un beso. Él espera, desea, hace votos para que ambos se beban de a sorbos mutuamente, y no se tomen de un trago.

Porque si se tragan, no se van a tragar. Y eso es intragable.






lunes, 10 de diciembre de 2007

Everything is beautiful

El sábado fui a ver en NoAvestruz a la banda cuya frontwoman es esta bonita mujer de bonita voz.


Un poco de otoño entre tanto calor no viene mal.

There's comfort in melancholy, como decía la Joni, y no se equivocaba.

Everything is truch

Saliendo del letargo, dedicado a julito

Un equipo de un suburbio del Sur que conoció mejores épocas (quizás menos el equipo que el suburbio), sale campeón del torneo de fútbol local, uno de los más flojos de las últimos años, que ya eran flojos.

Otro equipo de otro suburbio del Sur que conoció mejores épocas (el otro equipo y el otro suburbio), sale campeón de un torneo continental... de segunda categoría.

Las cosas que brillan (que brishan), que salen en los diarios, la presidenta híper maquillada con los bracitos regordetes y joyas que valen lo que mi departamento en su totalidad, aparecen en la primera plana de los diarios.

Un grupo de colombianos biempensantes y con mucho dinero que posiblemente sea difícil de explicar (casi toda cantidad obscena de dinero es difícil de explicar, actually), va y protesta para lograr la liberación de su hija, apresada por salvajes guerrilleros cuyo racional de lucha nos escapa a vos y a mí porque es demasiado complejo. ¿Dónde hacen la protesta? ¿En su propio país? No. En la Argentina. ¿Frente a la embajada colombiana? ¿la estadounidense? No, en pleno campo de polo, ¿viste?, donde se juega la final del Abierto. Dos potencias (bananeras) se saludan.
Hoy a las 5.30am el ventanal inmenso de mi departamento (2,5m x 2,5m) vibraba salvajemente por efectos del temporal. Parecía que el vidrio se iba a hacer trizas sobre mi cabeza rompiendo las gruesas cortinas en el camino. Respiré hondo, fui a la cocina, tomé un poco de jugo de naranja, volví a dormir. Dos horas más tarde escucho que hay caos de tránsito, trenes, gastronómico, sojero en todos lados... por un par de ráfagas de viento acompañadas de agua en una de las grandes capitales de América del Sur.

Todo es berreta, hay gente que lo dice y describe mejor que yo, pero en estos días el subdesarrollo, ese que siempre estuvo y siempre estará allí, se nos vino encima, como no se me vino el vidrio de mi departamento. Por ahora, al menos por ahora.