miércoles, 30 de mayo de 2007

"Maestro, me lo pone a LeBron?"

Yo juego al básquet para divertirme y hacer algo de ejercicio.

Anoche, luego de jugar un rato, con mis compañeros fuimos a comer a un boliche cercano donde nos conocen y tienen siempre no menos de dos teles encendidas, casi siempre con deportes.

Era cerca de la medianoche, y estaba por terminar la transmisión de Canal 7 del cuarto partido de la Final de la Conferencia Este, Cleveland vs. Detroit. LeBron James, estrella de los primeros, la está rompiendo. Sin embargo, ambas teles estaban clavadísimas en Canal 13.
Afortunadamente, no pronuncié la frase del título al encargado del asunto. Caso contrario, la audiencia predominantemente masculina habría levantado su mandíbula, agarrado la primera silla a mano y arrojado sin miramientos el mobiliario sobre mi pobre humanidad.

El ambiente extático estaba motivado por la presencia de Nazarena Vélez dándole al caño, rutina que terminó con un de-li-ca-dí-si-mo auto-arranque de corpiño y topless absoluto (sin estreshitas como la puritana de Janet Jackson), para regocijo de la audiencia. Después se puso toda esa espuma encima para tapar el no tan oscuro objeto de la lujuria.

Qué indignación, che. Me perdí el final del partido.

Pero la realidad es que si no fuera por las siliconas y la celulitis apretujada en las medias de nylon, me quedo toda la vida con una buena delantera y no con las cualidades ofensivas de LeBron James, que además es un negro que mide como 2,05m y transpira mucho.

No lo dudo un instante.

Me fui a los caños, ¿no?




No es fácil

Cuando vuelvo en auto a mi casa, suelo evitar una avenida muy transitada y voy por una paralela bastante más desahogada, en un barrio bastante decente, y paso por delante de una comisaría (una comisería, dirían los noteros de la tele).

Al lado hay una casa con cartel de venta desde hace no menos de dos años. Me pregunto cuánto tiempo más tardará en venderla el pobre tipo. La casa no parece en mal estado (quizás adentro es una desgracia), luce de tamaño tirando a grande, y además enfrente tiene un hotel medio piojoso.

Hay que tener espíritu para comprar una casa con semejantes vecinos... Una de las cosas que me pregunto es si los actuales ocupantes se habrán cansado de los gritos de los internos (porque ahí deben vivir algunos sopres; si no, no se justifica el hotel de enfrente) en las frías noches de invierno o las cálidas de verano. O si no estarán cansados de preparar pizzas para ellos más los dos o tres de guardia ocasional.

También me imagino lo que habrá sido eso durante la época de la dictadura, pero la cosa se pone demasiado siniestra.

Paradojas de este ispa: en pleno grito popular por la seguridad, a nadie se le ocurriría vivir en una casa al lado de la cana.

¿O a vos sí?

miércoles, 23 de mayo de 2007

Nieve

"Lo más blanco que hay
es la primera vez
que vi nieve"
Jaime Roos, "Piropo".

Esa canción tiene otra línea magistral, pero será motivo de otro post.

Hoy la tele contaba que en Córdoba había nevado, mostraban imágenes y estaba bueno. Recuerdo que la primera vez que vi nieve fue precisamente en Córdoba: yo todavía no había cumplido 13 años y estaba yendo en tren de campamento con mi colegio secundario a San Luis (madre llorando en la estación y esas cosas). El tren paró en Laboulaye (excelente nombre, y la pronunciación del tipo de la estación, mejor todavía). Y allí se largó a nevar fuerte. Obviamente nos matamos a bolazos, y desde ese momento la nieve es para mí un elemento amigable, lúdico, relacionado con la diversión, o al menos con las vacaciones.

Para otra gente no, es un serio problema, en especial en lugares donde pone en peligro tu vida, o al menos te trae problemas para arrancar y/o mover tu auto. Si no, pregúntenle al protagonista de To build a fire de Jack London (esté donde esté).

Es curioso cómo el mismo objeto significa cosas tan diferentes para personas distintas. La mejor canción de los Beatles puede ser pesadillesca para alguien a quien le patearon el traste en el momento oportuno. Por esta razón elijo mujeres que tienen oído musical nulo... Je.

Pero con la nieve es distinto. No leí El Eternauta, pero me contaron que por ahí hay una escena donde nieva en Buenos Aires. No sería mala idea. Es de las pocas cosas que le falta a esta ciudad para ser perfecta, así, atada con alambre como está, en ese estado de precariedad permanente como dije por ahí abajo.






martes, 22 de mayo de 2007

Una chica estúpida

Pequeña dosis de la pequeña Shirley Manson, a quien le perdonamos sus (estimo) 80cm. de busto y su piel transparente de escocesa criada sin sol (en Wisconsin tampoco hay tanto).

Además de ser una excelente cantante y frontwoman, ese look perra le queda muy bien. Muy sexy.

Destacado entre el resto de los bestias que la acompañan, a la batería Butch Vig, alma mater de Garbage e inventor de la burbuja Nirvana.

Enjoy.

Soy mortal pero no oigo nada, che

Todo empezó a mediados de los '80's, presidencia de Alfonsín, cuando de mi viejo colegio secundario nos llamaron para hacernos el asunto de la colación (feo suena, ¿eh?). Yo egresé en plena dictadura y los milicos no estaban para esas paparruchadas en ese momento sino para gestas importantes y valientes como arrojar disidentes dopados al río desde helicópteros, o ir a la casi-guerra contra dictadores vecinos, o disparar por la espalda a adolescentes suecas, o violar y torturar monjas, etc.

La cosa es que la ceremonia tuvo lugar en el aula magna, imponente, llena de cuero, estrados, cuadros, etc., y todo comenzó con la canción patria. Quizás por reflejo, por haber escuchado tantas veces Aurora a la tarde y cerrar fuerte la boca para no proferir palabra, no me salió cantar el himno. Mi promoción había ingresado cuando en el país todavía había un gobierno parecido a una democracia, y por esa razón teníamos pequeñas, casi risibles, prerrogativas de las que no gozaban los pequeños de 13 años que habían ingresado fresquitos desde la primaria, ya instruidos en eso de obedecer sin preguntar. Uno de esos "privilegios" era no cantar Aurora mientras sonaba en los parlantes cada tarde antes de irnos, hasta que un día nos pusimos todos de acuerdo y la cantamos (en realidad la gritamos) sorpresivamente, lo cual nos valió un par de horas extras recibiendo filípicas para enderezar nuestra moral.

Pero la cuestión es que esa costumbre de no cantar el himno me sigue hasta ahora. Es más, cada vez que hay actos escolares donde necesariamente estoy presente por mis hijos, siento más de un par de miradas-estilete, algunos/as de cuyos dueños quizás preguntándose si seré húngaro o iraní, pero otros/as sospechando que en algo andaría...

Ni una cosa ni la otra, pero no me siento orgulloso ni cool por hacer (o no hacer) lo que hago. Es así, nomás.

Es una pena, porque la melodía está buena, en especial los firuletes que hacen los clarinetes (perdón por la cacofonía) antes de la parte marcial, que es la que menos me gusta. La letra no, es un panfleto que ni Víctor Heredia podría haber escrito uno peor. Y eso ya es mucho decir.

lunes, 21 de mayo de 2007

En tránsito

Mis horarios son raros, aunque no tanto mis itinerarios. Camino a mi casa, voy por una calle parelela a una avenida muy transitada, al igual que esa calle. Montones de locales comerciales, etc.

Uno de ellos es un telo. No de los más lujosos. Tampoco los más impresentables. El problema es que la playa de estacionamiento tiene esas viejas cortinas de tiras de plástico. Eso sí es impresentable.

Pero lo que llama la atención es que siempre hay autos. Siempre. A toda hora. Ok, soy un voyeur. La excusa es que no quiero estrolarme con nadie que sale de ese garage. Se sabe: todo el mundo sale como arrancaba Schumi en la pole position, y la mina (usualmente la acompañante) usa a las 8pm un par de anteojos negros tamaño XXL y tapándose la mitad de la cara con la mano derecha, como si se le hubiesen caído los aros al piso...

No me extrañaría entrever a través de las cortinas la playa llena en la madrugada de un sábado, a las 4am. O inclusive un domingo a las 11 de la mañana... Pero un miércoles a las 10 de la matina, sin feriados linderos, es casi exótico. Conté (a la carrera) no menos de 10 autos.

Eso es vida. No los remanidos mañaneros, para los que hay que tomar precauciones como hacían Hugh Grant y Julia Roberts en Notting Hill.

Levantarse, bañarse, tomar el desayuno, eventualmente llevar a los niños a la escuela, darle una leída al diario... y después al telo.

Cualquier actividad, después de eso y de esa manera, tiene sabor a gloria.

viernes, 18 de mayo de 2007

Precario

Caen más de tres gotas en una hora y se puede hacer canotaje en ciertas avenidas.

Hay un poco de niebla en la ruta acá cerca (no en medio de los Andes), y se estrolan quince autos.

Se incendia una subestación o infraestación o lo que sea, y la mitad de la ciudad queda a oscuras.

Hace más de dos grados de calor que la media en verano, e ídem anterior.

Paran los subtes y tardás media hora en hacer diez cuadras con el auto.

Hay un fin de semana largo e ídem anterior.

Comentarios de señora gorda indignada. Al fin y al cabo, en el embotellamiento de ayer yo iba escuchando Steely Dan arriba del auto. Who cares.

Pero la cosa no pasa por la infrastructura o por este gobiernocorruptoquenohacenada.

Pasa por la precariedad de haber vivido, vivir y seguir viviendo en un país eternamente subdesarrollado pero, repito, no pasa por cosas tangibles. Una sociedad siempre debe tener palenque ande rascarse, dar por sentadas algunas cosas, aunque tengas un Katrina que te dé vuelta una ciudad.

En Buenos Aires todo parece atado con alambre, la vida misma, todo pendiendo de un hilo, hoy estamos, mañana no estamos, doña. En los países (o sea, del otro lado del océano), la mayor parte de la gente puede planificar y (hoy estoy reiterativo), no se trata de algo meramente económico. No es extraño que los pensadores que han aportado algo al mundo sean prácticamente todos europeos, donde las cosas suelen ser de una manera hoy, y posiblemente mañana si no son iguales, son bastante parecidas.

Y sí, estoy elogiando la previsibilidad. Quién lo diría, ¿no?

¿Me quejo de lleno, como decía mi abuelita? Quizás sí, pero no tanto, si nos ponemos a comparar.

Además, ¿quién dijo que estoy acá para salvar al mundo?

lunes, 14 de mayo de 2007

A raíz de no sé muy bien qué cosa...

Una de los primeros conceptos que me enseñaron en la universidad, carrera de marketing, materia relacionada con la publicidad, es que no existe el "no entendiste": si el receptor no entiende o no capta el mensaje como el emisor quiso que lo aprehendan, entonces la "culpa" es de este último. Así de simple, nomás. A llorar a la Iglesia.

La realidad es que participo en algunos blogs como opinéitor, en algunos foros que nada tienen que ver con la nada misma como este, etc. Y la realidad adicional es que hay un montón de bardo y agresiones por doquier, principalmente a causa de (creo yo) la dificultad en que quien escribe algo llegue a la cabeza del lector con exactamente la misma idea o concepto que pergeñó cuando estaba frente al teclado.

A raíz de ello, y volviendo al título, hay algo "intocable" pero "sentible", ghost in the machine o no sé qué, una distorsión autogenerada, o engendrada por la ambigüedad y/o la incapacidad del que escribe, que muchas veces determina que todo vaya tomando el incierto rumbo de los tomates, según una vieja expresión del Negro "Bótox" Dolina.

Con lo cual la pedestre conclusión del día es que nada reemplaza el contacto uno a uno, oral, ojo a ojo, boca a boca, oreja a oreja, piel a piel. La "autopista informática" y esas expresiones cliché sólo contribuyen a que vos y yo, en lugar de estar entendiéndonos en un café o en una cama, estemos acá, tristemente enfrentados, creyendo vos una cosa y yo otra.

Mientras tanto, afuera la vida estalla.

Por un momento, por favor, salgamos a la calle.

viernes, 11 de mayo de 2007

Shadowboxer - Fiona Apple

Estoy haciendo boxeo de sombra
Quiero estar lista para lo que hacés
Estuve haciendo swing por ahí
porque no sé cuándo vas a hacer tu movida

jueves, 10 de mayo de 2007

Envidia

No sé si ésa es la palabra, pero quizás sí. No deberíamos sentirnos avergonzados de ser envidiosos. Lo vergonzoso es no hacer nada al respecto.

Posiblemente si tenés menos de 40 años y nunca viviste con alguien, esto puede ser un cuentito fantástico, algo alejado de tu realidad. O quizás de literatura de anticipación, dado que es probable (ni altamente ni bajamente, just probable) que en algún momento te suceda.

No la envidia, sino el hecho de ver, que es lo que me pasa en estos días, cómo gente en pareja, relativamente madura, casada o no, con hijos preferentemente, profesionales o no, rubios o morochos, argentinos o extranjeros, simplemente se lleva.

Sí, así nomás. Se lleva. Comparte. Discute. Analiza. Separa. Junta. Enlaza. Discrimina (en el buen sentido). Ríe. Llora. Se agita. Se calma. Se enternece. Se endurece. Camina. Corre. Sonríe. Frunce el ceño. Avanza. Retrocede. Pero en general, avanza. Salta sobre los obstáculos que presenta este barrio, esta ciudad, este país, este mundo, este sistema solar, esta galaxia, este… todo.

A veces no se valora mucho lo que se tiene o se tuvo desde siempre. El problema es la nostalgia. Como decía un amigo, la etimología de nostalgia viene de: algia, que significa dolor. Por lo cual nostalgia es dolor por lo que nostá.

Y lo que nostá es eso. Aquí y ahora. Todos esos verbos que alguna vez sí estuvieron. Y que seguramente estarán en algún momento del futuro no tan lejano.

Pero no ahora. Ahora, no.

Y eso genera sensaciones feúchas como la del título.

Anyway, the wind blows… como decía la canción de Queen. Y eso no es malo, al menos para mí, significa que me estoy moviendo.

Dedicado a vos, pero no estabas escuchando

Clip del '65, para ponerle calor al frío. Una de las canciones mejor escritas e interpretadas de la historia, con un tridente que reíte del Real Madrid o del subdesarrollado Raymond Days: Crosby/Clark/McGuinn, papá.

La coreografía femenina es re-energética y hasta osada, al igual que la presencia de una chica negra en una de las columnas. Cosa rara.

Enjoy.

The Byrds - I'll feel a whole lot better

viernes, 4 de mayo de 2007

Obviedades

El otro día con un amigo nos preguntábamos risueñamente cómo una persona inteligente y preparada podía ser profundamente religiosa. Obviamente, se nos escapaban unos cuantos detalles, de ignorantes nomás, y no estoy siendo irónico. Es un asunto espinoso, pero ya me saqué de encima el rótulo de imbécil por creer en estereotipos (por otras cosas no tanto, pero por esa acción, sí).

La cuestión es que en estos días hablan de "La Iglesia", así con mayúsculas, de acercamientos y distanciamientos varios con el gobierno, con los candidatos que no son gobierno, con los legisladores, con los periodistas, los jueces, qué se yo...

La obviedad del título es que en países subdesarrollados como el nuestro la Iglesia (la institución) tiene una influencia más que la recomendable (¿se puede recomendar un nivel aceptable?), y me pregunto por qué, si la gran mayoría de la población se dice hipócritamente católica y no observa en nada o muy poco las sanas costumbres y creencias pregonadas por esta religión. Lo mismo da para otras religiones, y otros estados con influencia mayor de otras creencias.

Lo que en concreto me pasa es que siento como que hay un par de ojos que sin mi autorización me están mirando cada vez que me meto en mi cama (o en otra que no sea la mía), cada vez que prendo la tele, miro una peli o leo un libro. Todo es materia opinable para "la Iglesia" y me encantaría que así como no le permito a cualquier civil particular decidir inconsultamente sobre los aspectos más baladíes de mi existencia, la Iglesia tenga la amabilidad de abstenerse de influir sobre los grandes destinos nacionales, en especial sobre el mío.

Será apreciado.

¿Vida en Marte?

Qué buena pregunta...

Aparentemente no, pero a comienzos de los '70's, plena época del hard rock, las camperas de cuero, pelo hasta la mitad de la espalda, guitarras chirriantes y bigotones de macho, este tipo parecía un marciano.

Me gusta lo naïf del video, y la canción es de las pocas que me ponen la piel de gallina todavía hoy, cada vez que la escucho.

Enjoy.

miércoles, 2 de mayo de 2007

Este no es un post sobre básquet


Ese de ahí arriba se llama Emanuel David Ginóbili, alias Manu-Gino-Narigón, casi 30 años de edad, dos títulos en la NBA y estrella en San Antonio Spurs, un oro olímpico, "n" logros en Europa, etc. etc.

Capaz de hacer cosas como ésa de la foto, y otras más locas, pero siempre con un objetivo: si hay algo que el tipo tiene, es precisamente ese no nonsense approach, como dicen los gringos, hacia el deporte y la vida, estimo. Nunca una palabra de más, ni agrandado ni humilde. El tipo está ahí. Justo donde tiene que estar, y así vuelve locos habitualmente a sus rivales y hasta a su propio cuerpo técnico.


Hace poco, él y otros integrantes de la selección argentina de básquetbol que jugaron el último Mundial y los Juegos Olímpicos, decidieron, por sugerencia de sus respectivos equipos NBA, no concurrir al Preolímpico de Las Vegas, este año, que clasifica para los Juegos en China en 2008. Sin estas figuras, va a ser difícil la cosa. Causa: contratos millonarios, por supuesto.

Pero esto no es un post sobre básquet. Ni de defensa de ningún jugador.

A causa de esa renuncia, ya tuvimos, tenemos y tendremos un coro de voces críticas patriotas que los acusan poco menos que de traidores. Están en los medios, en las calles, en los taxis, los lugares de trabajo, en todos lados.

Yo entiendo la enfermedad futbolera de este país, la pasión, el entusiasmo, el síndrome maradoniano, etc., pero... la verdad es que sigo sin poder aprehender toda esta cosa fanática y seudonacionalista, especialmente de gente que en su mayoría tiene la cola sucia, o un esqueleto en el closet, o ambas cosas. Me hace acordar a un personaje de Ulises Dumont en una peli sobre Malvinas, que lo "manda" al pibe empleado de él a que lo maten a las islas, diciéndole que está orgulloso, bla, bla.

No puedo creer que en el año 2007 exista gente que todavía hable de la camiseta, la patria y toda esa pelotudez atómica por un simple torneo de básquet, o hándbol, o teto. No puedo entenderlo. Games without frontiers, war without tears, decía la canción que cantaban Peter y Kate. ¿Será eso?

Alguien que me explique por qué el sentimiento patriótico deportivo existe, qué aporte útil hizo a la humanidad y por qué demonios se aplica a cada evento deportivo donde parece que si Nadal aplasta al salame de turno nacido en el culo de la provincia de Córdoba, a nosotros nos mancillaron el orgullo y tenemos que salir, cuanto antes, a lavar la afrenta.