
Hay una revista satírica nueva en el mercado, se llama Madriz, que se está haciendo conocida en estos días. No la leí. Es teóricamente una juguetona respuesta a Barcelona, la otra revista satírica que queda en el país. No tenemos más Ediciones de la Urraca ni hijos de satiricones dispersos que todavían apunten al centro, entonces es lo que hay...
En los afiches de lanzamiento de Madriz, sugieren que si no te gusta, que vayas y leas el "humor oficialista" de la otra revista.
Ja. Qué gracioso. Barcelona, se sabe, es especialmente cruel con algunos personajes de la llamada oposición política de este país. En realidad, en mi opinión, son un blanco fácil, pero se necesita algo de ingenio para reírse de ellos y no ponerse a llorar o rasgarse las vestiduras como uno, un ciudadano común.
Sin embargo, esa afirmación de la nueva publicación es como mínimo desacertada. Barcelona también le pega fulero a algunos figurones del oficialismo, pese a la presencia (ocasional) de Pablo Marchetti, su director, en el panel de notables de 6, 7, 8 en el canal oficial. Uno de los preferidos es lo que ya se ha transformado en casi su causa emblema, a la que le dedicaron esta vez no un suelto interno sino la tapa: el pedido de aparición con vida de Jorge Julio López, un testigo clave que declaró contra algunos asesinos en un tribunal platense hace ya un par de años y de quien nada se sabe desde entonces.
Simpático todo, y un claro síntoma del blanco/negro que nos está envolviendo y matando. No tolero más las dicotomías te amo/te odio. No las tolero de ningún lado que vengan. Pero están ahí.
En la vida de mitad de camino que llevo, un hombrecito de sombrero gris como yo, a veces me veo en problemas para explicar a algunos de mis conocidos, sin sentir que me miran como a un talibán expropiador, porqué el jefe de gobierno de mi ciudad me parece un inútil, o porqué me parece una canallada que el vicepresidente de La Nación homenajee a Strassera cuando su inmediata superior en el Poder Ejecutivo está de viaje por U.S.A. y viene de tener un altercado conceptual con él (sin juzgar quién me parece que tiene o no razón).
Estoy harto de decir en diversos ámbitos donde me muevo que hay medidas y políticas del gobierno federal que me parecen claramente equivocadas, haciendo la aclaración para que no piensen que en cualquier momento me embarco en una revolución bolivariana y salgo a cortar cabezas (si la revolución bolivariana hiciera esas cosas, para empezar, y si hubiera una revolución bolivariana, para finalizar). También tengo algunas cosas buenas que decir en favor de ellos, de los que gobiernan el país. Lamentablemente, a favor de Macri sólo puedo decir que estoy contento porque la cuadra donde vive mi vieja, y donde yo pasé mi infancia, está siendo reparada a fondo por primera vez en 40 y pico de años, luego de diversos cráteres producidos por innumerables microómnibus de líneas diversas.
Me pone muy de culo ver y escuchar cómo muchos medios ocultan adrede "buenas" noticias o las minimizan con contra-argumentos que por sí sólo quizás fueran válidos, pero que actúan como una "contrapartida" a vaya a saber uno qué cosa, qué concepto "grande" que excede la mera enunciación de aciertos y errores en ambos campos políticos, que ni siquiera tendrían que ser dos, de paso. Pero hay dos porque es más fácil que haya dos, no sea cosa que a alguien se le ocurra pensar que pueda haber una alternativa al alfajor de chocolate y al de dulce de leche. A los chorizos de carne vacuna o a los de cerdo.Lo mismo va para el partido gobernante.
Estás conmigo o sos mi enemigo. En el mundo del o esto o lo otro, no podés apoyar una medida que en lo superficial parece meramente demagógica con los resultados positivos que ellos puede traer para la sociedad en su conjunto. El peronismo como tal es esta gran contradicción hecha realidad: los objetivos más nobles enarbolados en los '50's se han visto nublados por tanta suciedad posterior, tanta trampa puesta en el camino de ingenuos bienintencionados o inútiles a secas.
Me cansa estar en el medio porque como decía el Innombrable (lo estoy mentando demasiado), a los tibios los vomita Dios. No creo en el de arriba, pero aun así, lo mejor que le puede pasar a este país es estar llenos de tibios, porque en general los tibios hacen ganar o perder una elección: la famosa duda, que está lejos de ser una jactancia de los intelectuales como afirmaba el erudito de ascendencia asturiana, es lo que nos hará libres, no sólo el trabajo. Nadie se clava un té con el agua recién salida del fuego. Nadie se arroja en una pileta llena de hielo luego de correr 3 horas una maratón.
Las dicotomías inflexibles ni siquiera sirven para mantener el viejo y casi olvidado arte de la discusión, el intercambio de posiciones contrapuestas: es altamente probable que terminemos todos a las piñas. Y yo a las piñas sólo me agarraba de mentirita, cuando mis hijos eran más chicos.
Ahora estoy grande para "tomá, te cagué, puto".
El tema de la canción que sigue, titulada como el post, no tiene que ver con esto, son reflexiones de su autora por haber llegado a la mediana edad: 33 añitos. Cuando se grabó este concierto, calculo, debía tener un par de sotas más en su haber, pero igualmente le quedaba bien, me parece. Me acordé por un post en lo de la M.Y. La Chrissie, en lugar de cantar "eschoy parado en el medio de la vida" (linda canción que cantaba el Ruso), hizo esto. La foto del comienzo del post la encontré por ahí. Me pareció adecuada y amateur. Bien en el medio. Ni una desgracia ni una obra de arte. Podría haberla sacado yo.
Ah. Este no es un post sobre política. Es conceptual sobre el maniqueísmo y las falsas opciones absolutas.
Enjoy.