Una más del guaso anterior, el latinoamericano seudoalemán que quiso enseñarle a escribir a Fito Páez.
La cosa es que cuando el tipo apenas llegó de Europa para hacerse cargo de su posición acá, le tiraron un auto muletto de la flota de la empresa, un viejo Ford Falcon que tenía mil historias, re-baqueta, pero que por lo menos andaba por la calle, hasta que le compraran un auto nuevo al tipo.
Yo conocía al tipo que mantenía la flota, un veterano que las sabía todas, pura calle y muy ubicuo. Al día siguiente que cayó este ejemplar luego de haber usado el Falcon el primer día, irrumpió en la oficina de este tipo, llamémosle Pérez, mientras yo charlaba con él, y sin pedir perdón por la interrupción, le espetó:
- Oie, Perecito hermano, allí te dejo las iaves para que le revises un par de cosas.
Y arrojó las llaves en el vidrio del escritorio, que se deslizaron hasta caerse al piso. Perecito ni se movió y allí las dejó, clavándole una mirada feroz.
- ¿Tuvo algún problema?, le mandó Perecito, marcando enfáticamente la diferencia de trato. Él no tuteaba a cualquiera.
- Tuve dos: hazle revisar la caja de cambios porque no entra la cuarta. Y la otra, manda a engrasar el mecanismo de la dirección hidráulica porque está bastante dura, ¿sabes? Io en Europa tenía un BMW modelo (no me acuerdo el modelo), bla bla bla...
Perecito, inmutable, se levantó de su silla, y mientras se encaminaba a la puerta para salir de su oficina, le dijo:
- Le cuento dos cosas: el auto tiene sólo 3 velocidades, y no tiene dirección hidráulica. Ahora, si me permite, tengo cosas que hacer.
Ya en la puerta, Perecito, con media sonrisa en la cara, le sugirió:
- No se olvide las llaves, señor. De las de ese auto no tengo duplicado.
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5 comentarios:
Jajaja, un grande Perecito. SNM.
Eso es tener lleca....
Perecito presidente!!!!!
jajaja siii, grande Perecito!!!
Perecito será grande cuando sea Perezote.
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