Embole fue encontrar el clásico cartel en el treintayúnico ascensor: "Fuera de servicio". Shit. Tuve que escalar unos cuantos pisos, más de 5, menos de 12...
Luego de recuperar el aliento, me clavé un licor casero gallego que tengo añejado desde hace años, traído por familiares de visita a otros familiares en la península. Lindo. Green Hills (cuando uno está enfermo, nada de Earl Grey), ibu, y camita... Me miré King of California con Michael Douglas, excelente para agarrar sueño. La minita estaba buena. Michael Douglas, no.
Hoy todo bien, ascensor funcaba, tranqui. Día normal.
Recién llego de vuelta, ya me siento mejor, no tengo frío y cuando estoy por abrir la puerta del ascensor, escucho el sigiuiente diálogo entre Beto, el encargado y alguien que presumí sería el técnico, por la caja de herramientas y el logo en el mameluco. Cita casi textual.
Beto: - Bueno, y entonces lo que hice fue, a lo gaucho, (usó literalmente esta expresión, que un rato después me dio escalofríos), le puse unas arandelitas que tenía, las atornillé a unos ganchos del techo, y de ahí le colgué los bla, bla...
El técnico: - Ajá...
No quise escuchar más.
Abrí la puerta del ascensor, cerré rápido, presioné el botón de mi piso.
Fue uno de los viajes más largos de mi vida.
En la foto, ascensor "fuera de orden" al fondo y, de izquierda a derecha: Penny, Sheldon, Leonard, Raj y Howard, de una de mis series favoritas, The Big Bang Theory.
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