El lugar común dice que “lo que no está en la tele no existe”. Hay muchas razones para creer que es así. Hace unos días, en un episodio que ya nadie recuerda porque hubo otras cosas en el medio (un par de trillones de dólares por las alcantarillas, por ejemplo), un pujante y joven empresario apareció hecho un colador junto con otros 2 tipos porque por un momento pensaron que se podía joder impunemente con gente pesada como los narcotraficantes. O, peor, la clase politica (si no, pregunten a Lourdes “la voladora”).
En los días subsiguientes, en todos los noticieros, aparecieron por doquier cuerpos “no identificados”, muertos por ahí en algún pajonal o baldío o “accidentalmente” ahogados en un desagüe de los suburbios. Indignación. ¿Qué nos está pasando a los argentinos? Hasta donde yo sé, los cadáveres no copulan entre sí y generan nuevos cadáveres, lo que nos lleva a la triste conclusión de que “esas cosas pasan”.
Pasan, claro que sí. Sólo que no nos damos cuenta porque en algún momento es rentable que sea noticia y en otros no tanto. Y la rentabilidad en estos casos no sólo se mide en dinero sino en intereses políticos (que significan dinero, lo cual es casi lo mismo).
En los días subsiguientes, en todos los noticieros, aparecieron por doquier cuerpos “no identificados”, muertos por ahí en algún pajonal o baldío o “accidentalmente” ahogados en un desagüe de los suburbios. Indignación. ¿Qué nos está pasando a los argentinos? Hasta donde yo sé, los cadáveres no copulan entre sí y generan nuevos cadáveres, lo que nos lleva a la triste conclusión de que “esas cosas pasan”.
Pasan, claro que sí. Sólo que no nos damos cuenta porque en algún momento es rentable que sea noticia y en otros no tanto. Y la rentabilidad en estos casos no sólo se mide en dinero sino en intereses políticos (que significan dinero, lo cual es casi lo mismo).
Ni hablar de cuando cada tanto "descubrimos" que mueren montones de personas gracias a ser tan descuidados manejando, pero ese tema ya lo tratan mejor en otro lado.
Para esos días de efedrina loca hubo en Toronto, Ontario, Canadá, una megaexplosión . Un depósito de contenedores de gas se incendió a eso de las 3am. Un amigo mío que vive allí, de visita por acá, me mostró el video que subieron a youtube (un resumen acá). Un buchón equivalente a los que localmente laburan gratis para los medios se había tomado el trabajo de estar colgado con su camarita en vivo, llamas por aquí, chispas por allá, unos cuantos “Oh my God” intercalados, hasta que a los 5 minutos o por ahí de la filmación el cielo entero (y no estoy exagerando) se pintó de naranja, como si fuera un honguito de la época del ’45 en Japón. Literalmente, se hizo de día en plena noche por un algunos segundos. Un par de tanques grandes habían estallado. La totalidad de la conflagración dejó “solamente” dos muertos (un sereno del que no han encontrado ni encontrarán ni una emplomadura de muela, por razones obvias) y un bombero que se murió del susto.
Muy poco marketinera la explosión. Qué mal gusto. El barrio en las afueras de Toronto ya no sirve más, muchas casas o se derrumbaron o vieron hechos pelota sus vidrios y quemadas unas cuantas cosas, y además los valores de la propiedad en la zona están para hacerse una panzada por lo baratos (acontecimientos posteriores hicieron sobrar a la explosión).
Para esos días de efedrina loca hubo en Toronto, Ontario, Canadá, una megaexplosión . Un depósito de contenedores de gas se incendió a eso de las 3am. Un amigo mío que vive allí, de visita por acá, me mostró el video que subieron a youtube (un resumen acá). Un buchón equivalente a los que localmente laburan gratis para los medios se había tomado el trabajo de estar colgado con su camarita en vivo, llamas por aquí, chispas por allá, unos cuantos “Oh my God” intercalados, hasta que a los 5 minutos o por ahí de la filmación el cielo entero (y no estoy exagerando) se pintó de naranja, como si fuera un honguito de la época del ’45 en Japón. Literalmente, se hizo de día en plena noche por un algunos segundos. Un par de tanques grandes habían estallado. La totalidad de la conflagración dejó “solamente” dos muertos (un sereno del que no han encontrado ni encontrarán ni una emplomadura de muela, por razones obvias) y un bombero que se murió del susto.
Muy poco marketinera la explosión. Qué mal gusto. El barrio en las afueras de Toronto ya no sirve más, muchas casas o se derrumbaron o vieron hechos pelota sus vidrios y quemadas unas cuantas cosas, y además los valores de la propiedad en la zona están para hacerse una panzada por lo baratos (acontecimientos posteriores hicieron sobrar a la explosión).
Anyway, nadie mostró nada en la tele local porque Toronto queda lejos, pero hace unos años pasó algo parecido acá nomás en Pablo Podestá, GBA Noroeste. Una conocida empresa, que se jacta de ser “de familia” en su slogan publicitario pero en realidad es una megacorporación química con presencia en muchos países, tuvo un incendio similar en su depósito de envases altamente inflamables y el barrio entero estuvo a un tris de volar por los aires, que no eran tan buenos, por supuesto.
Cuando los móviles salían corriendo a registrar la primicia (que ya había sido adelantada al aire), el encargado de RRPP de la empresa se comunicó con los medios que “mueven la aguja” (en los países bananeros no son más de 5) y sólo les advirtió que unos pocos segundos de cobertura en vivo del accidente iban a repercutir muy negativamente (pero muy) en la inmensa pauta publicitaria que mantenía la empresa.
¿A que no saben qué hicieron los “medios”?
Por lo cual, tengamos todos en claro que lo que vivimos hoy, aquí y ahora, es tan sólo una ilusión. La realidad, al igual que la vida, está en otra parte.
Cuando los móviles salían corriendo a registrar la primicia (que ya había sido adelantada al aire), el encargado de RRPP de la empresa se comunicó con los medios que “mueven la aguja” (en los países bananeros no son más de 5) y sólo les advirtió que unos pocos segundos de cobertura en vivo del accidente iban a repercutir muy negativamente (pero muy) en la inmensa pauta publicitaria que mantenía la empresa.
¿A que no saben qué hicieron los “medios”?
Por lo cual, tengamos todos en claro que lo que vivimos hoy, aquí y ahora, es tan sólo una ilusión. La realidad, al igual que la vida, está en otra parte.