Lo hago ahora.
Hace mucho cité una canción de Jaime Roos relacionada con la nieve. Al poco tiempo nevó en Buenos Aires. Espero que mentando esta historia aparezcan por arte de magia los churros y las bolas de fraile en mi barrio.
Otra frase rescatable en la canción citada reza, (y es posible que no haya sido escrita por el mismo Roos, mucho mejor músico que letrista):
Lo más lejos que hay…
…es el fondo del mar
Lo más cerca que hay…
Es…
… la panadería
Roos titubea cuando canta las tres últimas palabras, efecto que intento reproducir torpemente con dos jueguitos de puntos suspensivos.
Pero cuando escuché esa parte de la canción no pude menos que soltar la carcajada.
Explicando el chiste: en una típica calle urbana rioplatense, el tipo medio apoyado en la pared tratando de piropear a la fémina que pasa, quiere presumir de profundo y el romántico… mira alrededor buscando inspiración, y cita lo que encuentra más a mano.
Cómo se puede ser poeta, ser gracioso, ser conciso, ser efectivo, ser básicamente genial, sólo con un puñado de palabras puestas en música, y con un fraseo y entonación determinada.
La famosa economía de recursos, que le dicen. Los Beatles ganaron justificadamente fortunas con estas cosas. Roos tiene un poco menos de dinero que ellos (aunque bastante influencia) pero igualmente la sabe.
Alguna vez alguien va a tomar en serio a la música rioplatense de raíz no tanguera, pese a los andreses ciros, los pelados corderas y otros mediocres que andan por ahí.