Reza del siguiente modo, textual y sin tocar una coma:
Se mueren Brad Pitt, Antonio Banderas y Carlos Tevez, llegan a las puertas del cielo y San Pedro les dice:
- En el cielo tenemos solo una norma, que la respetamos a rajatabla: "No se debe pisar a las palomas".
Entran en el cielo y, ¡¡ sorpresa !!, está lleno de palomas por todas partes!!!.
Es casi imposible moverse sin pisar ninguna, y aunque intentan evitarlas,a los pocos días Brad pisa a una por accidente.
Inmediatamente se presenta San Pedro con la mujer más fea que te podés imaginar, y la encadena con unas esposas al pobre chico: "Por haber pisado a una paloma, estás condenado a pasar el resto de la eternidad encadenado a esta mujer horrible".
A la semana siguiente, Antonio Banderas pisa sin querer a otra paloma.
San Pedro, que está atento a todo, aparece velozmente con otra mujer terriblemente fea y los esposa juntos para siempre.
Tevez, viendo la seriedad y gravedad del asunto, pone todo el cuidado del mundo y consigue que los meses vayan transcurriendo sin haber pisado a ninguna paloma.
Sin embargo, y a pesar que nunca pisó a ninguna paloma, un día se le presenta San Pedro con un bombón espectacular digno de las páginas centrales de Playboy... Era una rubia impresionante, alta, tostada por el sol y con unas curvas que no te cuento, hermosísima.
Sin decir una palabra, los encadena juntos y se larga.
Tevez quedó alucinado, y reflexiona en voz alta:
- Me pregunto que habré hecho para que me encadenen con vos
- Yo no sé vos, - dice la chica - pero yo acabo de pisar una puta paloma de mierda...
Jaja.
Qué gracioso. Siempre me pareció algo fuera de lugar el ensañamiento con gente que no responde a los cánones aceptados de la belleza occidental, que es una más entre varias. La mayoría de los criticones, cualquiera fuere su sexo, no pasarían de la qualy en la agencia de modelos más pedorra.
Pero acá hay algo más, y es que Carlitos es negrito. Reconocido, irrenunciable, de barrio netamente villa pero en propiedad horizontal, y hasta negro cumbiero salió. No conforme con ello, se niega a hacerse estética dental y en el cuello, donde se ven todavía marcas de una quemadura grave que tuvo cuando era pequeño y aprendía a jugar al fulbito de espaldas al arco, como juega la gente de avería en lugares donde nadie regala nada.
Un sitio vecino hasta incluye el des-calificativo en su nombre, pero su ingenioso y habitualmente mordaz dueño se cuida de dar señales, quizás no las suficientes, de que está lejos de ser un orangután, que paradójicamente es el tipo de animal con el que a veces se lo compara a Carlitos. Algunos lectores desprevenidos o descerebrados no pueden con su incontinencia racista y profieren exabruptos que también mueven a risa: si viviera Adolfito, la casi totalidad de ellos iría derechito a las cámaras de gas por el mero e incontestable hecho de haber salido al mundo acá y no en Baviera, no importa cuán rubiecitos sean tus padres.
Mientras tanto, Carlitos está en la patria chica de los Gallagher Bros mientras vos y yo leemos esto por acá nomás, cerquita de… ¡Fuerte Apache!.
Adicionalmente, si el tipo quisiera y andá saber si no lo ha hecho ya, puede tener en su habitación o más precisamente, mansión, y sin pagar una mísera pound, a una fila de minas que ni vos ni yo, ni en los sueños más locos, podríamos tener en la vida.
Contame quién es el ridículo.
Sí, se está riendo de vos. Entre otros, del que escribió el "chiste".